Todo comienza con el COVID-19, ya que la pandemia ha desencadenado un efecto dominó en toda la cadena de suministro mundial. La variante Delta ha seguido provocando cierres de plantas en Asia.
Los cierres de los puertos han provocado un cuello de botella de suministros a la espera tanto de contenedores para empaquetar como de buques para transportarlos. Esto ha aumentado el coste del transporte de mercancías. Por ejemplo, si antes costaba 3.000 dólares enviar un contenedor desde el sur de China a la costa oeste de Estados Unidos, ahora puede costar 20.000 dólares o más. Esto se va a reflejar en el coste que debemos pagar como consumidores.
Se ha destacado que el 90% de los productos en el mundo se mueven por barco y que gran parte de ellos provienen de China. Señaló que los contagios y restricciones impuestas por la pandemia afectaron a los trabajadores en las terminales portuarias “rompiendo” la cadena numerosas veces.
De acuerdo con estimaciones del Banco Mundial, la economía global se contrajo un 3,59% durante 2020 y como consecuencia de las restricciones impuestas para hacer frente al covid-19. El FMI proyectó un rebote del 6% para 2021, en un contexto de ralentización del crecimiento.
Las áreas de interés en las que las empresas deberían pensar para asegurarse de que cuentan con las soluciones adecuadas para hacer frente a estos desafíos son:
- Implementar estrategias de mitigación de riesgos. La pandemia ha puesto de manifiesto los puntos débiles y los riesgos de una cadena de suministro global. Cuando una fábrica de muebles cierra en Vietnam, o un envío de juguetes se queda atascado en un puerto cerrado, hay que tener un “plan B” para sus productos o componentes clave. Identificando fuentes de suministro alternativas y equilibrando los proveedores y fabricantes contratados en el extranjero, casi deslocalizados y en tierra, puede reducir significativamente el riesgo de interrupción.
- Incorporar estrategias de optimización de inventarios en toda su red empresarial para establecer salvaguardas de inventario en puntos estratégicos de desacoplamiento y amortiguar los acontecimientos disruptivos.
- Mejorar la visibilidad de la demanda real teniendo en cuenta los indicadores principales, como el análisis del sentimiento de lo que está de moda en las redes sociales. También se necesitan señales tempranas sobre las ventas reales, así como sobre cómo y dónde se están produciendo.
Para sostener el ritmo de negocio actual y garantizar la estabilidad del sector, resulta necesario responder a los desafíos del presente y adaptarse a las exigencias que ya va marcando el futuro.
Actualmente, los agentes logísticos de todo el mundo confían en solucionar cuanto antes los problemas derivados de la pandemia de la covid-19 que afectan a las cadenas de suministro, como el aumento de las tarifas del transporte, la escasez de contenedores y la congestión de los puertos, que cabe destacar entre las más graves.