Es indiscutible que los hábitos de compra de la población en general, a nivel mundial, se han modificado durante los últimos años. Ahora, el consumidor ha disminuido las brechas de accesibilidad y de uso de nuevas tecnologías, pues han adquirido una mayor confianza en el uso de los canales virtuales. Las nuevas tendencias del comercio nacional e internacional, están orientadas principalmente hacia el comercio electrónico. La digitalización, ha obligado a las empresas a evolucionar su servicio al cliente y la manera en la que distribuyen sus productos y servicios. Existen dos actores fundamentales que intervienen en la cadena logística, para lograr este tipo de intercambios comerciales, éstos son: Los Centros de Distribución Logística Internacional y las Zonas Francas.

Actualmente, los países de América Latina, se están preparando para poder desarrollar efectivamente este nuevo modelo de negocio. En varios países, ya se han establecido nuevas normativas con el fin de atraer grandes plataformas virtuales de retail, y así lograr potencializar la zona como un hub logístico eficiente.

Con este nuevo boom comercial tecnológico, las Zonas Francas tienen la obligación de reinventarse, pues estas representan un eslabón primordial en el proceso de las transacciones en línea, gracias a su posibilidad de optimizar los costos que interfieren en la cadena logística. Ahora, tendrán la oportunidad de ampliar su portafolio de servicios, teniendo en cuenta que las operaciones a las que son sometidas las mercancías generalmente, deben volverse más eficientes; considerando la rapidez con la que se deben cumplir las entregas en un mundo digitalizado. Algunas de estas operaciones están relacionadas con el empaque, el reempaque, la limpieza, el análisis de laboratorio, el etiquetado, el mejoramiento o acondicionamiento de la presentación, entre otros.

Sin embargo, aún es necesario que los estados formulen legislaciones y normas que reduzcan los procesos, abriendo la posibilidad de que los tramites sean más fáciles y simplificados. También, es imperativo adaptar la legislación de las Zonas Francas, para que se pueda realizar una logística de despacho de pequeñas cantidades de productos cuando sean vendidos a través del e-commerce. Hay que aprovechar el e-commerce para lograr estándares internacionales, considerando que se ha convertido en un gran dinamizador de las economías globales.

El e-commerce juega un papel muy importante a la hora de generar competitividad en las pymes, pues proporciona mayores facilidades en la comunicación entre empresas y consumidores, permitiendo conocer de antemano las necesidades y exigencias del mercado, para que las compañías puedan satisfacerlas de manera más eficaz. Además, permite a los clientes hacer compras de pequeñas cantidades, que los vendedores pueden despachar a través de tráfico postal o envíos de entrega rápida.

Se deben aprovechar las grandes ventajas de infraestructura física y tecnológica para los procesos logísticos de exportación e importación que poseen las Zonas Francas, pues de esta manera se logran generar eficiencias y economías de escala de acuerdo a las exigencias de los nuevos hábitos de consumo online y offline.

Finalmente, es importante hacer énfasis en que el e-commerce en las Zonas Francas no solamente abarca la logística de productos, sino que también, incluye la industria de servicios. Ahora, muchas empresas de servicios como por ejemplo los call center o los data center, se están estableciendo en las Zonas Francas teniendo en cuenta todas las ventajas mencionadas anteriormente. Esto brindará mayor competitividad a las regiones, pues se generará más empleo, necesario para satisfacer las altas demandas generadas por un mercado digitalizado y aún más globalizado.